Leo el número de mayo de Xtantos, el panfleto de la Conferencia Episcopal Española. En el editorial se jactan de que la Iglesia es la institución que más ha bregado por mitigar los efectos de la crisis. Reconocen que ha sido <<el culto idolátrico al "dios" dinero y la cultura del enriquecimiento fácil y sin escrúpulos, la avaricia, la avidez, el egoismo, la insolidaridad, el materialismo>> los causantes de este desastre. Tras este diagnóstico, nos ofrecen la solución: marcar la X en el casillero correspondiente de la declaración de Hacienda. Ciertamente hay instituciones vinculadas a la Iglesia muy meritorias, como Cáritas, parroquias, comedores soicales, voluntariado... Pero la voz de la jerarquía católica no se ha distinguido precisamente en el análisis y denuncia de esos males vinculados a la cultura del enriquecimiento. De hecho, de manera implícita y a veces explícita se recomendaba desde ese ámbito jerárquico el voto para el partido que más ha contribuido a la expansión de esa quimera dorada. Igualmente ahora tampoco destacan los obispos en la denuncia de esos abusadores, de esos vampiros financieros que han esquilmado a los ciudadanos españoles.
Así que mejor que se quiten la careta caritativa. Los jerarcas católicos solo piensan en la X de la pasta, en el cambio de la Ley de Educación para defender sus intereses y en su obsesión abortista. Si para ello hay que ser tolerantes y comilitones con los causantes de tanto dolor ciudadano y tanta miseria moral, eso forma parte de la diplomacia más vieja del mundo.
De donde y como sacas tu el dinero para tus obras de caridad.No vale con aspiar a ser seguidor de Jesus,hay que serlo y serlo en su totalidad
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