El flamante papa argentino recibe a Rajoy en la Sede de San Pedro. El presidente que está aumentando exponencialmente las desigualdades de los españoles, que les está quitando los derechos, que los está empujando a la pobreza, que hace del cóctel mentira-cobardía-cinismo su bandera, el líder que arropó a Bárcenas y que encubre otros charcos de miseria, el primer ministro que respalda a la banca vampírica y quita la atención médica básica a los emigrantes, ese Señor Rajoy que lidera una política claramente antievangélica osó decir que el Santo Padre defiende unos valores eternos con los que él (eso no lo dijo pero se sobreentiende). También declaró que esa visita era una de las pocas alegrías que le deparaba el cargo. Rajoy quería una foto tempranera -es el primer jefe de gobirno europeo que la consigue- con la cabeza visible de esa derecha católica que su partido apadrina. Brutal ejercicio de cinismo recibido con paciencia por la no menos cínica diplomacia vaticana. Nos hubiera gustado un Papa que le recordara los valores evangélicos que debe salvaguardar en su gobierno, ya que el presidente español se declara cristiano, pero Francisco se limitó a sonreír y a recibir la camiseta de la selección española (una de las pocas cosas de las que puede presumir la marca España). Hay cosas que no van a cambiar, quizá por eso la Iglesia se mantiene en sus privilegios.
Esta es la camiseta que nos hubiera gustado que Francisco regalara a Rajoy
