Publica El País un artículo sobre la sucesión del
Cardenal Rouco Varela. El Papa Francisco busca otro Presidente de la
Conferencia Episcopal Española que esté más acorde con su línea abierta.
El Foro de Curas de Madrid lo ha definido de manera más certera: se necesita un
pastor más cristiano. Rouca es el paradigma del jerarca católico que ha
olvidado la conexión con el Jesús de los pobres. Así lo confirman su moralismo apocalíptico
(España, tierra de misión), su visión de Cristiandad alejada de la de comunidad
cristiana, su entronque con la Iglesia franquista, su tono autoritario y
regañón. Si realmente Bergoglio quiere hacer visible su viraje hacia el
Evangelio, tiene que destituir a Rouco y sus mariachis cuanto antes. Rouco ha
canonizado a los mártires de la guerra mientras proclamaba que no había que
abrir las heridas de la Guerra Civil, ha defendido a los movimientos
ultraconservadores mientras estigmatizaba a los progresistas (caso Pagola), ha
pretendido mantener una Iglesia dominante en la sociedad (proyecto del
miniVaticano de Madrid, control de la enseñanza y de los medios de
comunicación, ha acosado a los gobiernos de izquierda mientras se calla con los
de derechas, etc.).
Los cristianos esperamos que esta nefasta vuelta
a la Iglesia cesaropapista termine de una vez. El actual Presidente de la CEE
es la cara visible de esa operación que ha llevado a la Iglesia española a unas
cotas de impopularidad preocupantes. Urge abandonar esa rémora trasnochada, la
pretensión de influir como un poder fáctico en la sociedad, urge apostar por la
gente humilde y distanciarse de los que están haciendo sufrir a los humildes y
se proclaman “católicos”, urge convertirse en una voz crítica ante tanto
atropello de los ciudadanos, urge conectar con los verdaderos problemas más
allá de la retórica moralista (aborto, matrimonio homosexual…). Por ello hay
que cambiar de pastor, poner un cristiano al frente de esta maltratada grey.
Francisco tiene la oportunidad de demostrar hasta dónde llega el cambio
evangélico que predica.
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