¿QUÉ VAS A ENCONTRAR AQUÍ?

´El Nuevo Jeremías reflexiona desde su condición de cristiano, sin aditamentos, seguidor de Jesús de Nazaret.

Tú cíñete por tanto los costados, levántate y diles todo lo que yo te ordenaré, no tiembles ante ellos, de lo contrario, te haré temblar ante ellos. Hoy te constituyo en fortaleza, en muro de bronce frente a todo el país, frente a los reyes de Judá y sus jefes, frente a sus sacerdotes y el pueblo del país. Combatirán contra ti, pero no te vencerán.
Jer. 1, 4-5, 17-18

miércoles, 21 de noviembre de 2012

EL HOMO DESTRUCTIVUS ESTÁ PONIENDO EN PELIGRO EL PLANETA

                                 Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.  Beato de Facundo, fº 135

Nos autodenominamos sapiens, pero nuestro paso por el mundo nos acredita como calamitosus, damnosus, exitiabilis, fatifer, funestus, perniciabilis, mortifer, pestifer, internecivus, exitiosus… Homo destructivus en suma. Hoy leo en los periódicos que los dañinos gases que provocan el efecto invernadero se están disparando. De qué sirven los estudios científicos, las alarmas, las cumbres de la Tierra, la parafernalia “conservacionista” oficial… Nos estamos cargando impunemente el planeta y no parece haber solución. Es como si fuéramos conscientes del rumbo hacia el desastre y persistiéramos en el error… Las medidas, los intentos de acuerdo global han sido infructuosos… Quizá porque es necesario un cambio de hábitos y mentalidades al que, al parecer, los exsapiens no estamos dispuestos. Las civilizaciones sabias, que son precisamente las que vinculan la existencia humana a la naturaleza, nos hablan de que todo está conectado, que formamos parte de un todo sagrado que hay que respetar. Tribus primitivas, celtas, aborígenes norteamericanos… abogaban por una vida en equilibrio con el ciclo natural. Buda, el taoísmo, Cristo, Mahoma manifestaron igualmente esa veneración por lo que los griegos denominaron la madre Gea. Entre tanto las civilizaciones agropecuarias habían iniciado ya un proceso de depredación que culminaría con Roma, quien planificó ese impulso hasta cotas desconocidas hasta entonces. Nosotros somos herederos de esa condición carroñera latina que, desde la Revolución industrial principalmente, ha saqueado nuestra heredad natural azuzada por la avaricia.
En el ámbito cristiano San Francisco de Asís nos mostró esa vía de comunión con nuestro entorno natural que no ha sido precisamente una bandera enarbolada por una Iglesia más preocupada por los “graves asuntos morales”. Pero hoy día el conservacionismo ha devenido tema de supervivencia básica de nuestra especie y de otras que nos acompañan, debiendo los cristianos apostar por un cambio hacia el paradigma ecológico si no queremos vernos abocados a un anticipado Apocalipsis.


Frescos de La Vita de San Francesco. Giotto (1297-1299), Asís

No hay comentarios:

Publicar un comentario