EL ARZOBISPO DE ZARAGOZA ARENGA EN CLAVE ULTRAMONTANA EL DÍA DEL "FIN DEL MUNDO"

El Arzobispo de Zaragoza se deslenguó ayer en una arenga a profesores, alumnos y padres en la misa tradicional del colegio Santo Domingo de Silos, el más populoso de la capital aragonesa. Me lo ha contado un sacerdote asistente al acto cuya identidad, por mor de la represión mperante en nuestra Iglesia, voy a salvaguardar. Quizá porque estábamos en el día señalado por los mayas como fin de la Era, el caso es que Monseñor Ureña emprendió un apocalíptico repaso a los diez mandamientos en clave ultraconservadora para comprobar que este mundo secularizado se encuentra a años luz de los preceptos sagrados. El prelado no abordó los mandamientos que apuntan a las causas profundas de esta megacrisis (la avaricia, ese "no codiciarás los bienes ajenos" que mueve a los financieros responsables del desastre); ni una palabra para los Rato, Blesa y demás cuatreros de cuello blanco, quizá porque son católicos declarados. Las invectivas de Don Manuel fueron para la degradación moral de un "uso indebido" de la sexualidad, vamos para el fornicio generalizado y para los "sodomitas", la mayor de las aberraciones. Una vez más estos profetas de la fe tridentina son lo tontos útiles que desvían la atención hacia las cuestiones menores (la sexualidad) para que nadie se fije en los problemas mayores (la miseria de un sistema injusto) en el que parecen encontrarse muy cómodos. No en vano este "intelectual" de matriz alemana (como ese otro que ocupa la Cátedra de San Pedro) se doctoró con un estudio sobre la contestación dialéctica al marxismo. Réplica argumentativa que se hizo desde ese "humanismo cristiano" que han convertido en un manto consolador de los excesos del capitalismo salvaje de los gobiernos auspiciados por los partidos que se dicen católicos. Tontos útiles al servicio del poder, trileros malabaristas que desvían la atención con soflamas morales del verdadero atropello de nuestro tiempo protagonizado por gentes de orden muy católicos.

El Arzobispo, ya en un ambiente más distendido, celebró la muerte de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Ese ha sido el gran triunfo político de la Conferencia Espiscopal española que, para conseguirlo, no ha osado levantar ni una leve voz contra los tremendos atropellos que el Gobierno de Rajoy está cometiendo contra los ciudadanos. Debe ser porque el término ciudadano es desprecidado por los obispos, ellos prefieren el de súbditos o grey. Lo cierto es que ese rebaño (a juzgar por los comentarios que oyó mi amigo) cada día está más alejado e indignado con esta deriva ultramontana y delirante de la Iglesia española, salvo las ovejas adocenadas de siempre, claro.