Nuevo Jeremías quiere comenzar el 2013 traicionando levemente su habitual tono jeremíaco, valga la redundancia. Una vez al año… , o quizá también por aquello de los buenos propósitos… Nuevo Jeremías empezó a blandir el látigo porque veía que todo era impostura y simulacro a su alrededor. Un sentimiento parecido debió experimentar Cristo cuando decidió expulsar a los mercaderes del templo… Pero Nuevo Jeremías sabe que el cristianismo es un mensaje en positivo, por eso ahora quiere hacer profesión de este credo optimista.
¡Soy feliz porque soy cristiano! Esto me colma, me hace vibrar… Ser cristiano (no confundir con “ser católico” a la vieja usanza) es una manera decente de afrontar el mundo, de integrar todas las astillas en que ha saltado este mundo hipercomunicado en su clamorosa soledad y ruido hueco. Entiendo el mensaje de Jesús de Nazaret como una liberación total, como un camino gozoso hacia la plenitud humana; sí, aquí en la Tierra, sin necesidad de esperar a paraísos futuros. Conforme más profundizo en el Evangelio más me percato de que es un mensaje para ser feliz aquí. ¿Y el mal? El mal existe, naturalmente, pero es la concreción en los seres humanos de los impulsos de poder, avaricia y ambición. Curiosamente todos los demonios parecen encarnarse en este miserable capitalismo deshumanizado que se ha impuesto como única salida. Todos los valores se supeditan al Mercado, al poseer, al aparentar. Y eso no nos hace felices (<<es más difícil que un rico….>>), por eso Cristo arrojó su ira contra aquellos mercaderes que nos desvían del objetivo principal: llevar una vida rica y equilibrada espiritualmente. Por eso, aunque tengo ganas de seguir fustigando o de huir del mundo, sigo proclamando que vivir en esa armonía con el universo (Cristo, Buda y otros profetas lo proclamaron) es la única vía para alcanzar la verdadera felicidad, que no está precisamente en el centro comercial más cercano.
El centro comercial más cercano está en mi mente.
ResponderEliminarMiles de neuronas trasaccionan entre constructos
sociales, económicos, morales y colisionando permananentemente.
Ser feliz es otro constructo esclavizante...quizás quiera SER.